Una excursión a la
Meseta de SOMUNCURÁ

Gigantesca, inhóspita, aislada y deshabitada
 

Fotos y Relato 3


Domingo 24 de octubre de 2004


Foto: Piercarlo Boltri

El sol del amanecer se refeja en la laguna de Don Jimenes.

Foto: Gustavo Taborda
El campamento se despereza.


Después de un exquisito desayuno que ayudó a quitarnos el frío que "chupamos" durante la noche, nos despedimos de Don Jiménes.


Allí quedó con uno de sus corderitos en brazos, que salvó de la muerte en día anterior.

o ~ 0 ~ o


Temprano salimos con un poco de dificultad de aquella caldera de piedra.

El camino que nos esperaba no iba a ser mucho mejor que el del día anterior.

Estaba en los planes detenernos un poco más adelante en otra hondonada con laguna interna que habíamos visto muy bonita en la Foto Satelital.

Foto: Eduardo Cinicola

Foto: Eduardo Cinicola

Mas de dos horas de circular casi a paso de hombre, pasando por algunos barreales secos y mucha roca pelada, demoramos en acercarnos a aquel waypoint cargado en los GPSs.

Foto: Eduardo Cinicola
Por grandes tramos la huella volvía a desaparecer.

Grande fue nuestra sorpresa al hallar un habitante en la depresión.


Don Honorio Vicente de 83 años y con ambos brazos dislocados, marcada escoliosis y un ojo perdido en un accidente cortando leña solo hacía algunos años, había armado una especie de tapera de piedras al reparo del viento y allí transcurría sus días en la más absoluta soledad, sin ningún tipo de compañía (a no ser las de sus cuatro o cinco perritos pastores de raza desconocida y fidelidad sin límites).

Nos cuenta que a principios del siglo pasado una caverna en las paredes de aquel "cráter" era guarida de una pandilla de forajidos prófugos de la justicia.

Los "milicos" los descubrieron, los rodearon y a tiro de Remington los detuvieron, matando a uno de ellos.

Poco después se instaló él y allí pasó mas de 70 años de vida de asceta.

Nos desesperaba su invalidez, al punto de no poder siquiera carnear uno de sus chivos para comer.

No sé como se las ingeniaba para recoger y purificar el agua, conseguir leña, alimentos, sal, aceite, azúcar, yerba y cocinar.

Foto: Andrés Pino

Una destartalada carretilla cubierta de cueros de oveja era su "reposera".
El día estaba soleado pero, pensaba yo: ¿Qué hará este hombre los días de lluvia o durante las intensas nevadas invernales?

Allí quedaron todas las provisiones que llevábamos para "emergencias", un par de anteojos para que pudiera leer las instrucciones de las comidas precocidas y todo nuestro respeto y admiración.

Foto: Marcelo Minicchelli

Adiós Don Honorio Vicente.

El camino/huella continuaba de lo más precario.

Una hora mas tarde divisamos un "puesto" de cría con una construcción de material pero sin ningún ser humano en las inmediaciones.

Supusimos, y así fue, que a partir de allí el camino se convertiría en huella más marcada ya que habría ingresado algún tipo de transporte para llevar los materiales de aquella elemental construcción.

Foto: Eduardo Cinicola

A pesar del mejor estado del camino, una hora más nos insumió llegar a la zona de la Laguna de Las Vacas.
Allí vemos otro establecimiento, pero continuamos sin ver gente.

Foto: Marcelo Minicchelli
En un pequeño barreal Andy y Germánico compiten a ver quien salpica mas barro.

Con cierto atraso, decidimos modificar levemente los planes y no bajar hacia El Caín sino tomar hacia el norte, la idea era tener tiempo para visitar la Laguna Soledad, una de las más grandes de la Meseta y que se veía muy bonita en las Fotografías Satelitales.

Foto: Gustavo Rua

A poco de girar hacia el norte y, siendo ya la hora del almuerzo, hallamos un atípico oasis con algunos árboles y un puesto de cría.

Nos acercamos y pedimos permiso para improvisar una elemental comida campestre consistente en emparedados con los consabidos salames, quesos y demás embutidos.

Charlando con el encargado del lugar nos comenta que, de continuar por ese camino, se nos haría muy largo el ingreso a la laguna Soledad. Mejor sería que regresáramos unos kilómetros y tomáramos por detrás de unos cerros. Eso nos ahorraría camino.

Después de almorzar hicimos lo sugerido por el hombre este y, no sin cierto esfuerzo, pudimos encontrar unas desdibujadas huellas que, por detrás de un bordo, nos fue guiando lentamente hacia la Laguna Soledad.

Foto: N.A.S.A. MrSid
La laguna Soledad vista desde el satélite.

Foto: Gustavo Rua
Laguna Soledad. Muy grande y en realidad muy bonita.
Detrás la silueta de un volcán.

Foto: Eduardo Cinicola

Foto: Eduardo Cinicola

Una impresionante bajada con pronunciada pendiente de roca viva nos deposita en un vergel formado en sus orillas.

Foto: Andrés Pino

Foto: Eduardo Cinicola

Allí unos caballos salvajes corrían y enfrentaban a las camionetas como queriendo echarnos de su predio.

Nuestros ojos disfrutaron de aquel fresco pasto verde alrededor del espejo de agua.

Al rato comenzamos a buscar la salida de ese hoyo y oh, sorpresa. No la encontrábamos por ningún lado.

Mandamos varios expedicionarios a explorar y, nada por aquí, nada por allí.

Salir por donde habíamos entrado, además de arriesgado por la pronunciada pendiente, nos llevaría como única alternativa hacia atrás.

Debía existir una salida hacia adelante.

Al poco rato Julián, con su olfato de rastreador de confluencias, halla una empinada picada abierta en la roca pelada que nos saca de la Laguna Soledad.

Continuamos hacia el Norte.

La Confluencia S41 W68 nos espera.

Un extraño ruido a pata de motor suelta, combinado con pérdida de presión en los amortiguadores traseros de "Pampita" pone muy nervioso a Piercarlo y lo predispone a salir cuanto antes de allí a la mínima velocidad.

El sendero hacia el norte, en búsqueda de la huella principal, nos hace pasar bordeando por la base al Cerro Chato (volcán extinto) de 1.291msnm

Hora y media mas tarde hallamos una huella, más marcada, que nos sacará de la meseta descendiendo a Prahuaniyeu, un pueblito muy crecido que se encuentra justo al pié de esta altiplanicie.

Foto: Marcelo Minicchelli
Mientras bajamos de Somuncurá podemos apreciar en la lejanía como se recorta su silueta en el horizonte.

Meteórica detención en Prahuaniyeu a dejar unos obsequios en la escuelita y continuamos con rumbo a Los Menucos, ya por un camino más cómodo y debajo de la Meseta.

Estaba previsto que hiciéramos un pequeño desvío por una huella bien marcada que habíamos divisado en las fotos satelitales para "arrimar" a la confluencia S41:00,000 - W68:00,000.

Eran cerca de las 18:00 cuando nos acercábamos al desvío para tratar de llegar a la confluencia y tomar las fotos como para registrarla en Confluence.org.
Julián tenía mucho entusiasmo que yo compartía ya que hemos registrado entre los dos unas cuantas confluencias de Argentina y esta era "una figurita difícil".

El problema consistió en que yo no tenía camioneta (iba de acompañante de Piercarlo -muy preocupado por la baja presión de los amortiguadores traseros-) y Julián no tenía mas auxilios (había pinchado ya tres veces y había utilizado uno de los auxilios de Gustavo).

Andy, Gustavo y Germán se manifestaron muy cansados y con ganas de llegar a Los Menucos por lo que desistieron de acompañar a Julián, Piercarlo renunció por el tema de los amortiguadores.

Julián y Goofy, solos y sin neumáticos de auxilio tuvieron que desertar también.

Revisando en Confluence.org a nuestro regreso vi que otro grupo logró hacer esa confluencia un par de días después de nuestro pasaje por la zona.

Continuamos entonces por un excelente camino de ripio ancho, liso y recto que en poco mas de 40 minutos nos dejó en Los Menucos.

Allí conseguimos alojamiento.
Julián reparó los neumáticos de auxilio, cargó combustible y continuó viaje a eso de las 9 de la noche.


Tanto él como Goofy debían trabajar al día siguiente, lunes, en Puerto Madryn, a unos 500 Km de allí.

El resto, luego de un reparador baño con agua caliente, nos fuimos a cenar.

Justamente durante la cena varios manifestaron estar "saturados de piedras y de meseta" y proponen un cambio de planes para los días subsiguientes.

Se vota y se aprueba reemplazar el cruce Norte/Sur de la meseta pasando por Laguna Azul, la Paraguaya y los volcanes Corona Grande y Corona Chico, por una excursión de caza y pesca en la zona de Bahía San Blas, Pcia. de Buenos Aires.

Pero esto no quedará así.

Continúa...


Fotos1
Fotos 2
Fotos 3
Fotos 4

Ver los integrantes del grupo

  VER Mapas    
  Tracks y WPTs
   Un Cuento    

volver a Somuncurá Principal

Menú Principal Viajeros4x4


Para dejarnos tu opinión o ver los Comentarios
de otros Visitantes,
por favor ingresa a nuestro

Libro de Visitas