Escrito por Nestor Queralt el 13 de Marzo de 2003 a las 17:26:30

Apurados, pues la época de nevadas se avecina, decidimos partir hacia el Norte Neuquino a fines de Febrero, comienzos de Marzo, para poder internarnos en una zona inexplorada con vehículos.

Solo teníamos referencias de gente que la había recorrido “de a caballo”, y esto fue suficiente para decidirnos a ir con nuestras motos, si bien un poco pesadas para este tipo de exploraciones, ideales por otra parte, pues nos permiten llevar combustible y los elementos necesarios para poder internarnos en zonas agrestes por varios días.

Lo planificado era tratar de llegar a la Laguna Negra desde el Hito del Paso Pehuenche y para esto contábamos con el asesoramiento de la gente de Gendarmería Nacional y toda la buena onda y la predisposición para ayudar del Jefe de Escuadrón Nº 29 “Malargüe” Don Manuel Antonio Trabalón, quien hizo lo “imposible” para colaborar con esta linda locura.
Cartografía, WP relevados por ellos in situ y de a caballo, alojamiento, y todo el escuadrón a nuestra disposición.
No queda más que agradecer con todo nuestro afecto la predisposición de estos sacrificados y valerosos defensores de nuestras fronteras y nuestro Ser Nacional.

Entonces, bien tempranito, partimos rumbo al Paso Pehuenche circulando por un hermoso camino enripiado en muy buen estado. Para nosotros, una autopista (pero sin el maldito y Deshonesto peaje).

En el camino, aprovechamos para charlar con los puesteros que están terminando “la veraneada” e informarnos más aun sobre la zona.
La amabilidad de esta gente es prodigiosa.
Tengamos también muy en cuenta que si bien los vemos vivir en forma muy precaria (vean la choza), estas personas cuentan con 3.000 o 4.000 cabezas de ganado caprino (a un precio de $20 por cabeza), saquen Uds. la cuenta del patrimonio de esta gente.

Arribados al Hito Fronterizo del Paso, nos maravillamos con la silueta del “Campanario” en un día de sol a pleno.

Ni bien nos ordenamos comenzamos a trepar “quenqueando” el cerro, pero lamentablemente no pudimos llegar “al filo”, donde según nuestros cálculos deberíamos llegar para después dirigirnos hacia el Hito “Paso del Guanaco” y desde allí encararíamos la bajada hacia la Laguna Negra.

Casi a 50 metros del filo observamos una pequeña laguna (del lado Chileno) cercana a la gran Laguna De Maule. Abajo se divisa el camino hacia Talca (Chile).

Después de luchar todo el día para poder avanzar solo 7,5 Km., ante las numerosas caídas que nos provocaban las piedras sueltas y el piso demasiado flojo, optamos por desandar el camino y tratar de llegar desde Barrancas en la Pcia de Neuquén, distante más de 200Km.

Y hacia allí nos dirigimos.
Arribamos a Barrancas a las 2 de la mañana y nos fuimos a dormir agotados y casi desilusionados.
Por la mañana y con los ánimos repuestos tomamos el camino que nos conduce hacia el Cajón de los Nevados y justo antes de que este deje el Río Barrancas, encontramos la senda de animales que se interna hacia el Norte.

Otra decepción, la senda en este lugar se arrima muchísimo al río y el lugar es peligroso para intentar pasar, pues una caída nos llevaría casi seguro al agua.
Así fue como luego de charlarlo entre todos, optamos por ver si encontrábamos otro paso más fácil.

Y así fue, como a unos cien metros de donde el camino se interna en el Cajón de Los Nevados, justo a mano derecha se observa un corral de pirca y al lado un pequeño puesto.
Hacia él nos “tiramos en línea recta“ literalmente.

Una vez arribados a este puesto, divisamos como a 2 Km. otro puesto con unos álamos justo por el lugar donde deberíamos pasar.

Salimos del puesto rumbo Norte y después de vadear dos arroyos no muy profundos, pero si muy caudalosos, donde nos debimos ayudar pues la corriente hacia peligrar nuestra estabilidad y no estábamos con ánimos de seguir dándonos palos y menos en el agua.

Hasta que por fin, después de una gran trepada nos encontramos con una meseta de greda y arena, tapizada de manchones verdes.

SRES.: LES PRESENTO A ... LA PAMPA DEL RAYO

No se si en la foto se podrá ver el estado de euforia que alcanzamos en esos momentos.

El piso de la Pampa del Rayo es ideal para circular en motos y así lo hicimos y pudimos enroscar el puño derecho por un buen rato hasta que nos encontramos de golpe con una cortada impresionante en todo el ancho de esta hermosa Pampa.
Por fin entendimos el por que de su nombre, es como si un rayo hubiese cortado esta Pampa en dos.

Dos superficies planas con un cañadon tremendo por la forma y lo profundo, estimo que debe de tener unos 70 m de profundidad. Algo realmente hermoso e impresionante.
Todo rodeado de Piedra Pómez blanca y dispersa.

Sabíamos por los relatos del puestero que existía un “Puente e tierra"que nos permitiría pasar hacia el otro lado y desde allí acceder a la Laguna Negra por una senda muy sencilla.
Lo que no sabíamos era que nos íbamos a pegar semejante susto al observar la profundidad del cañadon.
Resulta que las orillas del Puente e Tierra son bastante empinadas y con tierra muy suelta y también resulta que el cansancio nuestro estaba llegando a su máxima expresión.

Fue así como decidimos volver (en el próximo verano) un poco más preparados (sogas, grilletes, etc.) para poder acceder al cruce con mucho menos riesgo.

La Negra (laguna) quedó para la anécdota.
Ya la tenemos "en el buche".
Solo nos resta venir con lo que nos faltó esta vez (si, quizás algo mas de huevos), pero tampoco era cuestión de poner en riesgo inútil nuestras vidas.

Resumiendo: hemos viajado en moto por muchos lugares del país, cada cual con su atractivo particular.

Pero esta Pampa del Rayo quedara en mi retina y en la de los muchachos que me acompañaron como un lugar excepcionalmente bello. No se si por lo difícil de su acceso, -sabemos que después de circular una, dos o mas veces por el mismo lugar el camino cada vez se va haciendo mas llevadero- o por el encanto natural de una naturaleza casi virgen y una senda jamas circulada por algun vehiculo (al menos esto es lo que pudimos saber por dichos de los puesteros)

Pampa del Rayo, Puente e Tierra, los vamos a soñar hasta el verano que viene.