Ya estábamos a mas de 4.000 metros y respirar se hacia cada vez más difícil, sobre todo si hay que patear una moto que se queda atascada en un mallin!!!

Superado este reputo Mallin arribamos al puesto de Don Escalante, quien nos recibiera con los brazos... cerrados!!

Todavía no entiendo por que tuvimos una recepción tan hosca.
Nos arrimamos despacito y lo primero que recibimos como respuesta era de que no había lugar. ???????

Acostumbrado a charlar con puesteros y tratar de interpretarlos, pues muchas veces estos dicen o nos afirman cosas que ellos mismos no están de acuerdo, trate de entender él por que de su tibio recibimiento, a pesar de que no circulan muchos cristianos por aquí.
Y enseguida entendí. Estaban en la época de marcar y esquilar animales ( 1500 llamas para ser precisos. El puesto estaba sobrecargado de peones y Don Escalante estaba muy nervioso distribuyendo tareas y organizando todo para el otro día. Y justo le caímos en ese momento. Lo entendí y trate de que nuestra presencia se notara lo menos posible.
Al intercambiar algunas vituallas que siempre llevo para los puesteros, toda la frialdad con que fuimos recibidos, se transformo en una atención tan linda como modesta. Y llego la ronda del café con pan casero para terminar riéndonos sobre la loca aventura que estábamos realizando. Don Escalante quería quedarse con las botas de enduro para andar sobre la nieve en el invierno. Costo trabajo convencerlo de que no le servirían para los fines que él las necesitaba.
Y a la cama, calentitos y abrigaditos, con un tecito de Coca para sentirse bien.

Por la mañana tuvimos que esperar un buen rato para que caliente febo, antes de poder arrancar nuestras “congeladas” motos que durmieron al sereno.

Saliendo del puesto, hay que pegar un gran rodeo para esquivar una vega con pronunciados cortes por donde circula el agua.
Siempre apuntando al filo alto, para ganar la altura necesaria para poder caer en el Río Aguas Calientes.

Los 4500 metros parecen no querer abandonarnos nunca. Ante cualquier esfuerzo, el descanso es obligado para poder continuar!!!
Acá creí que me moría. y eso que deje de fumar hace ya 2 años !!!

Al verme en el piso, Cachito y el resto de los muchachos vinieron a ver que pasaba. Unos monstruos mis compañeros de viaje. Ninguno arrugo y el buen humor siempre estuvo a flor de piel, aun en los momentos más duros. Gracias Pepe, Cristian y Cacho. !!!!

Y llego el momento tan temido y esperado por todos: la bajada al Rio Aguas Calientes.
Sabíamos que tendríamos un desnivel importante, pero eso no lo esperábamos!!!
Que bajada mamita ¡¡¡¡¡ Y había que hacerla sí o sí.
Apele a mi “olfato” y busque por todos lados algo con menos pendiente y no apareció nada ¡¡¡¡¡ Había que tirarse por allí . No había otra.

Y así encare, muy despacio, frenando con el delantero y con los pies, no dejando que la moto tome velocidad, con el motor apagado, el cambio puesto y el freno delantero al mango. y no alcanzo................la solución era tirarla al piso, pero había tantas piedras que algo se iba a romper, una tapa de la moto o algún hueso ¡¡¡¡¡¡

El amortiguador de dirección regulado al mango creo que me salvo, pues la moto levanto velocidad y no tuve mas como pararla. Así que me agarre fuerte el manubrio y solté los frenos. Dentro de mí creo que reze como unos cincuenta padrenuestros y diez avemarías en fracciones de segundos. hasta que ............ohh maravillas, no me caí. Seguro me protegió mi angelito de la guarda, pues es imposible no lastimarse después de haber hecho todas las cagadas juntas en una bajada. Si hasta creo que cerré los ojos !!!!!.

Después de haber bajado todos, las felicitaciones y los abrazos fueron para Cristian, quien pudo bajar ese monstruo de moto sin rasguños. El solo lo puede hacer. Cristian, como muchos saben es hasta ahora, el único argentino que participo en moto en un Dakar con un resultado mas que satisfactorio, a pesar de no contar con ningún apoyo.

Ya en el vallecito, tomamos rumbo a las fuentes termales que dan origen a la zona y llegamos a visitarlas.

El agua es caliente de verdad, la tocábamos y nos quemábamos las manos. Mas abajo hay como unas piletas donde es posible tomar un baño reparador. No teníamos tiempo. A la noche debíamos estar en Tucumán y eran las 14 Horas.

De aquí, visitamos la Escuela donde estuvo Jausoro y escribiera una denuncia sobre el estado de abandono de esta gente.
Estuvimos muy poco tiempo, pero notamos una cuadrilla de obreros construyendo la nueva escuela y charlamos con dos maestros muy profesionales que nos describieron un buen panorama en el Pequeño pueblito de aguas Calientes.

De aquí partimos por una huella minera que nos saco hacia Laguna Blanca y de allí a la ruta sobre Hualfin, de donde emprendimos el regreso a las chatas.

Un viajecito con un ritmo infernal, solo remontable con esa dosis de buen humor y de cagarnos de risa de nosotros mismos que caracteriza a toda esta banda de forajidos que nos juntamos para andar en moto.

Volvimos hechos pelota, cansados, destruidos, pero contentos, muy contentos¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡ , extremadamente contentos ¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡

Un abrazo

Néstor nestorqueralt@gmail.com