Escrito por Nestor Queralt el 23 de Octubre de 2003 a las 21:06

Todo estaba preparado..., las motos y los recorridos estaban bien ajustados para el viaje que íbamos a hacer en conmemoración de “la Martina Chapanay”.
La Martina fue un personaje muy bien descrito por Pedro Echagüe en su libro biográfico sobre esta heroína.
Su historia se desarrolla en los albores de la Patria y en la zona de las Travesías Sanjuaninas y las Lagunas de Huanacache .
Pero parece que “la Martina”, tal su costumbre, no quiso homenajes y decidió cambiar nuestro destino a ultimo momento por algo a lo cual ella nos tuvo acostumbrados durante su magnifica vida: ayudar a los que menos tienen.

Y así fue como en los días previos a nuestra partida recibimos el llamado telefónico de la maestra de la escuelita-albergue “Buenaventura Collado”, en pleno corazón de la Sierra de Rivero, donde nos hacia saber la falta de útiles escolares y calzado para los chicos que concurren a su escuelita.

Se juntó el grupo y sin dudar un instante cambiamos nuestros planes de viaje y comenzamos a organizar en tiempo record la colecta de útiles para la escuela.

Damián Domber, quien de antemano sabía que no podría venir, fue el que se encargó de reunir los 44 pares de zapatillas y entre todos los demás, en un dia teníamos listo todo el bagaje de útiles necesarios.

De paso juntamos ropas y calzados para la gente de los puestos que iríamos tocando en nuestro viaje por el desierto para unir las localidades de “La Tranca” con Marayes con rumbo Norte.

Como dato curioso y yéndome un poquitin de tema les cuento el por que del nombre “La Tranca”. Siempre pensé que por ser asiento de un control policial la localidad tenia ese nombre. Pero no es así. Resulta que antiguamente el trayecto hacia la ciudad de San Juan se realizaba por esta zona. Cuando llueve, estos desiertos tienen muy poca capacidad de absorción de agua y su superficie se convierte en un lodazal patinoso y pegajoso. Las carretas con carga general, tiradas por bueyes, iban circulando al paso y al sorprenderlas las lluvias justo en esta zona se “atrancaban” por mas de quince o veinte días.
De aquí el nombre “LA TRANCA”.

Volviendo al control policial, justo desde aquí comienza nuestro viaje en motos.
Un agradecimiento a la Policía de este puesto por la amabilidad y el trato dispensado.

En nuestros primeros viajes por la zona siempre les llamaba la atención que era lo que estábamos haciendo en la zona. Hoy dia ya somos como parte del paisaje. Hace ya unos cuantos años que estamos recorriendo estos desiertos y la verdad que en cada viaje nos topamos con sorpresas y nuevas sendas o huellas que nos causa muchísimo placer recorrerlas. De paso ayudamos a nuestros Hermanos Puesteros y les alcanzamos algo para compensar el ruido molesto de nuestros escapes.

Debíamos cruzar el desierto rápidamente. La temperatura comenzaba a subir y había que salir rápidamente del desierto. No sea que empiece a zondear, ahí si que ¡ agarrate Catalina !!!

Temperaturas superiores a los 40ºC. son normales, pero lo que mas molesta es ese viento caliente que te calcina el cerebro, te impide pensar y moverte con naturalidad. Después de pasar por un Zonda, muchos vamos a entender un poco mas la costumbre tan arraigada de la siesta y la de quedarse quieto cuando la cosa viene muy pesada.

Así pensábamos hasta que nos topamos con una huella bien visible que se internaba en las Loma Coloradas del Sur y llevaba un rumbo franco hacia el Este

Deliberamos entre todos y decidimos seguir la huella. La habíamos estado buscando durante mucho tiempo y creíamos que era un espejismo. Pero allí estaba. Y la seguimos. Sencillamente hermosa y digna de ser recorrida.

Trepaba con suaves ondulaciones en un mar de tierra roja.

De pronto se convertía en cauce seco, al rato nuevamente comenzaba a trepar con piso firme de granito, luego la arena dominaba el lugar. Un placer para el manejo.

Así llegamos al Puesto “Las Aguaditas” que con ahínco y mucho sacrificio están armando los Señores de la Flia. Carta. Estas personas naturales de San Juan Capital tienen la obsesión de convertir la zona en un vergel. Para ello están cavando y consolidando pozos artesianos de más de 30 metros a pico y pala.
Consolidando sus paredes con un eficaz método constructivo. Imagínense lo que es estar en un pozo de 30m de profundidad y 1,5 m de diámetro. Es como mirar por el agujerito de un bolígrafo, a gatas se ve la claridad.
Me asusto de solo pensarlo…….
Un ejemplo de abnegación y amor por su tierra es el que nos da la Familia de Daniel Carta.

De acuerdo a sus comentarios, este es el único vehículo con el cual circulan tranquilos por toda esta zona.

Luego de conversar con ellos por un largo rato, y hacernos de datos muy importantes que fueron transmitidos a nuestro Geólogo amigo Juan Pablo Milana, sobre la presencia de fósiles en la zona.

Parece mentira, pero para poder investigar sobre estos fósiles existe un impedimento juridiscional, pues la zona no se sabe si pertenece a San Luis o a San Juan y antes de ir hay que pedir los permisos necesarios pues cada provincia tiene leyes bastante estrictas con respecto a su patrimonio paleontológico.

ESTO SE LO DEBEMOS AGRADECER A INVESTIGADORES LE LA PLATA O BAIRES QUE SE LLEVABAN TODO Y NI SIQUIERA UNA COPIA DEJABAN EN LOS LUGARES. Después critican a los motociclistas (entre otros), con un desparpajo total y ellos quedan como los buenos de la película. En fin, el tema da para largo y no creo que este sea el momento oportuno de dilucidar estas cuestiones.

Continuamos viaje hacia el norte para llegar a Marayes, lugar donde debíamos aprovisionarnos de combustible.

Y aquí un especial agradecimiento para Bety Rivero Chávez.
En viajes anteriores conocimos a este estupendo ser. Pura solidaridad con los viajeros. Ella se encargo de traernos desde Caucete un tambor con 200 Lts de combustible para que pudiésemos continuar el viaje. Y solo había tenido noticias vía telefónica de que andaríamos por esa zona. Un amor Bety. Todos los del grupo te queremos muchísimo. Y rezamos para que mejores tu estado de salud.

De Marayes directo a Astica por asfalto. Mucho cuidado con las ondulaciones de la ruta. De noche es común encontrarse con animales descansando en los bajos. Zona muy peligrosa para circularla de noche. Encima los alambrados brillan por su ausencia en toda la zona cercana a Chucuma.

Arribados a Astica nos alojamos en el hospedaje del lugar y nos fuimos a dormir previo baño general y “cena abstemia”, pues nos debíamos levantar muy temprano para encarar la subida hacia la Sierra de Rivero. (Más de uno tiro la bronca, no por el madrugón del otro dia sino por el “NO-ALCOHOL” de la cena).

TREPADA EN RIVEROS

Bien tempranito nos levantamos al oír el canto rítmico de los Pájaros Carpinteros mezclado con el silbido de Zorzales y el griterío de los loritos Caracato.
A reparar pinchaduras y aprontar todo para la dura tarea del dia: la trepada a la escuelita.

La senda de mulas parte de Astica y sigue remontando el cauce del río con el mismo nombre.

La primera parada la hicimos justo al lado del dique natural que se forma frente a la imagen de Nuestra Señora de Lourdes.

Muy venerada por los Vallistas de la zona que utilizan esta senda para dirigirse a sus altas breñas.

En este lugar fue donde nos empezamos a cruzar con gente a lomo de mula que venia bajando de una fiesta que se había desarrollado en días anteriores en un puesto cercano a la escuela.
Primero nos llamo la atención el estado en que venían montando. Después pudimos conversar con algunos y por ultimo decidimos no intentar fumar.

Resulta que los que bajaban, casi todos (mujeres y hombres), venían con un alto contenido alcohólico en sus cuerpos…………teníamos miedo de prender un cigarro y que explote la zona.
¡¡¡Hermano, que pedo traían estos jinetes !!!!!.

Bajaban “enfiestados”. Bahh, en realidad la que bajaba era la mula, ellos creo que ni se enteraban !!!!!!!
O sea que de aquí en más, ni bien veíamos o escuchábamos a estos jinetes, parábamos los motores y nos quedábamos quietitos y con una sonrisa a flor de labios, no sea cosa que alguno se retobara.

Luego de una fragosa trepada, la senda se bifurca en dos brazos, el de la derecha conduce a Rivero y el de la izquierda a Elizondo.
Aquí ya estamos bordeando el arroyo de Rivero y comenzamos a ver puestos sobre su vera.
Interesante resulta el avistaje de Cóndores, que según los lugareños no dejan chivito o ternero vivo cuando nacen.
Al parecer estos depredadores en estas sierras han adquirido la costumbre de atacar seres vivos. Extraño, pero certificado por los pobladores.

Seguimos trepando y a veces circulando por un ancho camino.
Senda extraña, quizás en algún tiempo circularon vehículos, pero al parecer el río se llevo el camino y depositó piedras y más piedras.

Así hasta el último puesto antes de ingresar a la última trepada que supera un desnivel de unos 300 m en escasos 350m de recorrido. Muimuy empinada y difícil.

Aquí nos debimos de ayudar con sogas (nuestro malacate) y resolvimos dejar dos motos, para entre todos subir las demás.

Gran esfuerzo, pero justo al filo de la tarde arribamos a la escuelita donde nos estaban esperando con mates aromatizados con chinchil, exquisito sabor el de esta hierba de la zona !!!

Por fin descargamos todo y nos dedicamos a asearnos y prepararnos para la cena que nos obsequió la gente del lugar.

Ya en la sobremesa nos enteramos de lo sacrificado de la vida de estas maestras y de la fuerza de voluntad y fatiga personal que deben poner para llevar adelante su tarea.

Da muchísima bronca enterarnos de que cobran esporádicamente su sueldo, miserable por cierto, y del total abandono que sufren de parte de los políticos de turno.
Y la gran puta que los parió a esta manga de inútiles chupasangre !!!

Bueno, me calenté, bajemos los decibeles que esto no es un pasquín político, sino que trata de ser un relato de viajes...

Mejor vayamos a dormir, algunos en bolsa de dormir a la intemperie y otros sobre los colchones del cómodo dormitorio de la escuela.

A pesar de que la escuela tiene techos de chapas y se observa limpia y ordenada, dormimos con la luz prendida por la posibilidad de que moren en el sitio algunas vinchucas. Medios perseguidos, pero mas vale prevenir que no poder curar nunca más...

Al otro dia prestos a bajar, ya mas aliviados de carga, bien dormidos y cenados, tardamos solo 2,5Hs en bajar lo que antes nos había costado 8,5Hs de esfuerzo casi permanente.

Hermosos paisajes, hermosa gente, hermosa experiencia.

Solo faltaría pedir para estos Vallistas un poco mas de esfuerzo por parte de nuestros “dirigentes”, para poder conservar estos lugares y estas gentes.
Facilitarles un poco el tipo de vida que llevan.
Para que la zona no se encuentre vacía de vida humana.
El éxodo de la gente vallista se viene acentuando año a año.
Se pierden tradiciones y también se pierde la experiencia acumulada por esta gente a lo largo de siglos.
Ellos son los que nos indican como vivir en tan apartados sitios.
En definitiva, ellos son los que nos enseñan a vivir con la naturaleza del lugar, adaptándola sin modificar las leyes naturales.

Un agradecimiento especial a Huguito Matteri, del 4x4 Café, quien nos creo el track del recorrido con una precisión asombrable.

Fueron de la partida en esta oportunidad (Equipo Finist_Erre):

Santiago Larroquette y José De Lisio

Sandro Moltrasio y Jorge Pisano

Marcos Pisano y Gabriel Bildella

Juan Kewillian y Doc. Morke

Hernán Samaniego y Daniel Vieyra

Néstor Queralt

Todos integrantes del “Delisio Rally Team”, quien presentó 6 motos en el último Rally Por las Pampas, las cuales arribaron en los nueve primeros puestos.

Salutti a tutti.