Por San Luis, San Juan y Mendoza |
Mendoza, Desierto lindero con San Luis. |
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La fotografía satelital nos mostraba que la Confluencia S34 W67 se encontraba en una zona muy poco poblada, con apariencia de monte virgen, alejada del asfalto de la RN 146 (fuera de esta imágen) que une Monte Comán con San Luis.
También veíamos muchas líneas marcadas debilmente en la foto, pero, experiencias anteriores nos habían enseñado que eso podía significar tanto un camino que nos acercara al punto como un alambrado perimetral que nos impidiera el paso o una ex-picada "comida" por el monte.
Agosto de 2004
Día 15.
La noche anterior nos habíamos separado de las Ford en esta estrategia de formar dos mini-equipos para obtener mas confluencias en una zona que nos queda muy lejos de casa.
Nuestro equipo (las dos Ladas Niva), ya había conseguido cazar la S34 W68 ese día.
Desde Ñacuñán deberemos dirigirnos hacia el Sur, hasta Monte Comán, por la RN153 para, desde allÍ tomar hacia el Noreste por la RN146 que pasa a unos 30 Km de la confluencia, el resto será por sendas, caminos vecinales o campo traviesa.
Pocos minutos después de las 13 Hs, y antes de ingresar a Monte Comán, hallamos el cruce con la RN 146. Sin acordarnos de reaprovisionar combustible, giramos al noreste, con destino a la confluencia.
A eso de las 14, en medio de la ruta nos detuvimos a almorzar. Queso, salame y galletitas con atún, la misma dieta de los últimos 8 días.
Yo venía justo, muy justo con el combustible.
No pudo haber pasado más de una hora desde que nos detuvimos a almorzar hasta que abandonamos el asfalto por una de las tantas ténues líneas que se veían en las fotos satelitales.
La senda era arenosa y los GPSs nos indicaban que debíamos recorrer al menos unos 30 Km por ella antes de girar a la derecha.
Comenzamos a atravesar tranqueras, por suerte no tenían candado y rogábamos que no apareciera ninguna con el.
Esa huella arenosa comenzó a desdibujarse y matas con espinas empezaron a aparecer por doquier.
Cada tanto teníamos que bajar y, hacha y pala en mano quitabamos los arbustos. No podíamos ariesgar, a Julián le habían robado su segundo auxilio del portaequipajes en Mendoza y yo ya había pinchado una cubierta en Ñacuñán.
Lamentablemente luego de unos 10 Km y más de 30 minutos de marcha la senda acabó contra un cerco de alambre.
Por desgracia la senda que debíamos tomar estaba, del otro lado de ese alambre.
No fue posible. Debimos desandar camino e intentar por otra senda que la computadora de bolsillo conectada al GPS nos indicaba mas hacia el Este, alejándonos un poco de la confluencia.
Desde el puesto de navegante de la Niva de Julián, con impresiones de mapas del IGM como ayuda al GPS, vemos a Federico abriendo una de las tantas tranqueras.
Pudimos hallar la manera de ingresar a esa huella mas ancha y mas marcada, con ello adquirimos buen ritmo.
Ahora deberíamos corrernos un grado hacia el Este en busca de la S34 W67.
Pero no hay ninguna carretera ni senda que nos conduzca en esa dirección.
Era poco mas del mediodía cuando terminamos nuestra faena en Ñacuñán. Con suerte tendríamos tiempo para las dos confluencias que nos faltaban en ese día antes de reunirnos con el mini-equipo de las 2 Ford en Realicó (La Pampa).
A fuer de ser sinceros debemos decir que el tema combustible no me preocupaba mucho porque, desde San Martín, donde habíamos partido hasta Beazley (próximo punto de reabastecimiento) había 360Km.
Las Nivas, en condiciones normales tienen una autonomía de 380/400 Km. Además, Julián había cargado el bidón de auxilio con 30 litros en San Martín.
Julián aprovechó para ponerle unos 20 litros de nafta (gasolina) del bidón a su Niva que ya casi había consumido hasta la reserva (aparentemente con problemas de carburación, puesta a punto y bujías equivocadas).
A partir de acá pierdo total noción del tiempo y de su transcurso, porque no puedo explicarles lo que sucedió para que pasara tan rápido.
Circulamos unos cuantos cientos de metros a la vera de aquel alambrado buscando una manera de pasar para el otro lado.
Estabamos en esas cavilaciones cuando Julián me dice que no puede seguir sin agregar combustible.
En mi depósito quedaba para hacer tan solo unos 4Km más, pero estábamos a más de 80 Km del punto de probable reabastecimiento.
Yo contaba con que tenía "escabullidas" dos botellas de gaseosa con tres litros de nafta (en condiciones normales de ruta, unos 30 Km., en la arena podían ser solo 10).
Julián tenía todavía unos 9 litros en el bidón de auxilio, pero de ninguna manera alcanzaría para que ambas camionetas recorran los 80 Km hasta Beazley (incluyendo mas de 30 por arena).
Propongo ir solo por la primera de las alternativas, avanzando 2 Km para verificar si la senda sirve o no para acercarnos a la confluencia. Con eso quemaría mi última reserva.
Fuimos con Fede y, tristemente, comprobamos que la senda corría paralela a un alambrado y la "picada" que se divisaba en la foto satelital de la pantalla de la computadora de bolsillo, y que nos podía acercar a solo 500 metros del punto destino, había sido deglutida por el monte cerrado.
Julián ya estaba entrando en pánico con el tema de la falta de combustible.
Yo muy "caliente" por haber llegado tan cerca y que por ese problema se nos escapara.
Para más se estaba haciendo de noche.
Mi última propuesta: "Carguemos 3 litros de nafta del bidón en mi chata. Dejemos acá la camioneta de Julián, vayamos todos en la mia. Probemos por esta otra huella bordeando este otro alambrado hasta acercarnos lo máximo posible y luego caminemos".
"Luego saldremos con lo que queda en los depósitos, cuando se acabe la nafta en la Niva de Julián tendremos dos alternativas: o voy yo, con los 6 litros de nafta que quedan en el bidón a conseguir combustible para los dos, o llevamos a remolque la chata de Julián hasta un surtidor".
Así lo hicimos. Cruzamos un guarda-ganado y nos fuimos, bordeando el alambrado, en una tangente a la confluencia que nos llevaría a una distancia mínima de 2.800 metros a través del tupido monte espinoso o, si continuábamos casi un kilómetro más, a una senda que nos podría dejar a unos 1.500 metros de la confluencia.
De cualquier manera hay que tener en cuenta que 1.500 metros de monte no es tarea fácil.
Allí nos enteramos que aquellas líneas que veíamos en las fotos satelitales y que imaginábamos carreteras, caminos o huellas, no son mas que cortafuegos que no conducen a ningún lado, sino que acompañan a los alambrados que delimitan los distintos predios, con el único objetivo de evitar que un incendio en una propiedad se extienda a la contigua.
Bueno, el asunto es que cuando llegamos a la "senda" que luego de 3.200 metros nos dejaría a 1.500 de la confluencia, descubrimos que estaba del otro lado del alambrado y no había ninguna tranquera cerca para pasar.
Para colmo se había puesto el sol y solo nos quedaban 20 o 30 minutos de crepúsculo para poder arribar a la confluencia y tomar las fotos.
Decidimos que Julián y Federico irían "al trote" y con linternas a tratar de llegar y nosotros, con Nico, continuaríamos avanzando por ese "cortafuegos" que nos alejaba de la confluencia, pero buscando la manera de pasar del otro lado del alambre para alcanzarlos a ellos y acercarlos en caso de que fuera posible.
Nuestra tarea fue infructuosa, avanzamos por el cortafuegos unos 3 Km más, consumiendo parte del combustible que necesitaríamos para el regreso y el alambrado continuaba sin ninguna abertura.
Volvimos a esperarlos.
A eso de las 19:30, ya noche cerrada, volvieron...
El frío de la noche helaba los dedos de Federico y Nicolás que venían parados en el paragolpes trasero y tomados del portaequipajes.
Fueron casi 7 Km hasta donde estaba la otra Niva.
Allí agregué mis "escuetos" 3 litros de nafta "para emergencias" y decidimos salir así a buscar el asfalto que debía estar a unos 20Km, si encontrábamos el camino mas corto.
Dejaríamos que se acabe, sabiendo que con los 6 litros que quedaban en el bidón de Julián haríamos unos 60 Km más.
Pudimos llegar hasta el asfalto y luego un poco mas hasta el límite entre Mendoza y San Luis.
Allí nos enteramos que contrariamente a lo que pensábamos, en Beazley no había gasolinera...
- Puede ser que algún particular quiera venderles algunos litros, pero apurense, hoy es domingo y van a llegar cerca de las diez de la noche...
Salimos como una exhalación pero a los 2 Km se acabó el combustible de la Niva de Julián.
La atamos con una soga y la llevamos a remolque con la otra Niva.
A las 22 Hs ingresamos a Beazley, un pequeño pueblo a unos 70 Km de San Luis capital.
En los dos primeros lugares que preguntamos no tenían combustible para vender. Nos recomendaron un almacén un poco mas adelante.
Lo vendían por bidones de 5 litros (era nafta común, por suerte las Ladas Niva se bancan cualquier tipo de nafta), compramos lo suficiente para llegar hasta Unión en la RN188 (a unos 200 Km de allí). Antes tedríamos que hacer un enlace por un camino vecinal de 22 Km para tomar la RP 3S.
A las 4 de la madrugada llegamos a Realicó en La Pampa, al hotel donde nos estaba esperando el resto del grupo.
Por supuesto no pudimos hacer la S 35 W 66, la noche nos lo impidió.
El día siguiente sería un día de despedida.
Julián se volvería para Puerto Madryn.
Al resto del equipo le quedaban 4 confluencias más "programadas", la primera de ellas muy cerca de Realicó, en una localidad denominada Van Praet.
S34-W65
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S33-W66
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S32-W66
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S32-W67
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S32-W68
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S33-W68
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S32-W70
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S31-W69
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S34-W68
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S34-W67
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S34-W69
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S35-W67
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S35-W64
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