ETAPA 4 De Iquique a Arica (Frontera con Perú)

Luego de haber pernoctado en Iquique y realizado, por la mañana, una visita "rasante" al ZOFRI (Zona Franca de Impuestos), un supermercado gigante de varias hectáreas y ya cerca del mediodía continuamos rumbo al septentrión, a buscar la frontera con Perú. Era el día 10 de marzo. Primero debíamos regresar a la Ruta 5, 56 Km hacia el oriente, subiendo la meseta. De día y desde arriba tenemos esta vista de Iquique. Una vez sobre la carretera Panamericana solo 270Km nos separan de Arica, última población chilena antes de ingresar a Perú. Pasamos por otra zona de tamarugales, con el suelo del salar revuelto por la extracción de salitre. Mas adelante se repiten los profundos valles transversales que tallaron los escasos ríos que, en pretéritos tiempos, traían más agua de la cordillera de los Andes. Hoy son delgados hilos de agua que no permiten pensar que ellos fueron los que abrieron tremendos tajos en la superficie. La diferencia de nivel entre la meseta y el fondo de los valles es de más de 700 metros, lo que exigió la construcción de largas rectas en faldeo para bajar, cruzar y retomar el nivel de la altiplanicie. El delgado Río Camarones, permite la creación de un espacio de cultivo en lo que fue su cauce. Vean la marcada diferencia de niveles entre la meseta y el fondo del valle. Para tomar la verdadera dimensión de este lugar, noten que por la margen del río, a la derecha de la foto, corre un camino. En la zona nos sorprenden los primeros "geoglifos" (dibujos en la superficie de la tierra). Este arte ciclópeo se extenderá hasta más allá de las líneas de Nazca. Todavía temprano arribamos a Arica, lo que nos posibilitó visitar esa misma tarde el Morro de Arica, desde donde tenemos una hermosa vista de la ciudad (La estación terminal de FFCC en el centro de la foto)... ... Una panorámica del puerto... Y un atardecer en el Pacífico, con la Isla del Cangrejo en primer plano. Nos alojamos en hotel (no recuerdo cual ni sus comodidades) y, por la mañana siguiente, antes de partir, nos vamos a la estación terminal de trenes. Como no teníamos ninguna certeza de que hubiese carretera hasta Cusco, explorábamos todas las posibilidades. Allí descubrimos este elegante coche-motor (autopropulsado), perteneciente al Ferrocarril de Bolivia que, utilizando rieles ahora en poder de los chilenos, une Arica con La Paz. El costo del pasaje era U$S 48 y el viaje, ascendiendo la cordillera de los Andes y cruzando extensas zonas de salares de altura, debe ser espectacular. Como yo no podía abandonar Chile sin el vehículo que había ingresado, esta alternativa se frustró antes de nacer. Continúa en Etapa 5