Familiar      

Año 1.989 - A Machu Picchu en R12

ETAPA 8
Cusco, Arequipa, Juliaca y Puno


Había acabado nuestra visita a Cusco y Machu Picchu.

Debíamos regresar a Arequipa donde habíamos dejado el R12, influenciados por quienes nos habían asegurado que la carretera hasta Juliaca y Cusco no existía o se hallaba muy deteriorada.

¿Regresar a Arequipa dije?

Siii, pero ni soñando en el trencito que demoró más de 20 horas y nos propinó un bestial dolor de cabeza, más los densos entretelones para conseguir pasajes.

No.

Haríamos un sacrificio (económico) y regresaríamos en avión.

Serían U$S 48.- cada uno, pero solo 40 minutos de viaje. Ni pensarlo!!! El viaje en tren fue realmente muy pintoresco pero demoledor.

En el vuelo de regreso tuvimos la dicha de ver el Nevado de Salcantay, de 6.271 metros de altura, desde el aire.     

    También pudimos fotografiar parte del famoso "Cañón de Colca".

Al aterrizar en Arequipa tenía el estómago revuelto.

¡ Qué salame... me había mareado por andar filmando por la ventanilla !

En realidad creo que fué algo más que un mareo porque esa noche no pude ni salir del hotel y Liliana andaba recorriendo todo Arequipa buscando galletitas tipo "obleas" que ningún peruano conocía, para satisfacer el antojo de mi deteriorado estómago.

Al día siguiente tomamos la decisión...

Iríamos hacia el Este, buscando la enigmática carretera que DEBIA llevarnos hasta Juliaca.

Si esta no existía, o se hallaba cortada, sólo en ese caso renunciaríamos a regresar por Bolivia.

A las dos horas de salir de Arequipa hemos "trepado" hasta los 4000 metros y estamos rodeando al majestuoso volcán Misti (uno de los tres centinelas de aquella ciudad, junto con el Chachani y el Pichu Pichu).
Las nubes ya ocultan el valle de Arequipa y la ciudad.

La carretera no era "de lo mejor" pero podíamos seguir transitando.

Arriba, luego de rodear una laguna, una bifurcación y un cartel con extraños nombres.
Sin mapas sería una lotería acertar qué camino tomar. Elegimos la derecha...

Las oscuras nubes no eran nada tranquilizadoras, una tormenta en aquella solitaria carretera gredosa hubiera significado una empantanada segura y sin posibilidad de conseguir ningún tipo de auxilio.

El camino sigue subiendo y, pasado el mediodía, ya estábamos a 4600msnm.    

     Los charcos dejados por precipitaciones recientes nos recordaban que estábamos en plena época de lluvias.

Una pareja de pastores de llamas nos da la espalda ni bien sacamos la cámara fotográfica.

Allí nos enteramos que según sus creencias las fotografías les "roban" el alma.

    

     No nos cruzamos con ningún vehículo, Solo lagunas y volcanes nos acompañan en aquel periplo.

Avanzábamos lentamente cuando llegamos a la entrada a un pequeño pueblo.

Allí, una barrera cerrada nos cortaba el paso.

En general eran barreras de "peaje", y un chango se acercaba, vale en mano, a cobrarnos el óbolo.

En este caso no era así. Luego de esperar un rato, miro hacia una construcción de madera que se hallaba unos metros a la izquierda de la barrera y veo, parado en la puerta, sin trasponer el umbral, a una persona ataviada de militar.

Lo saludo y solo me hace señas que me acerque.

Me bajo del auto y me dirijo hacia donde el se encontraba.

Muy críptico solo me preguntó hacia donde íbamos y me indicó que abriera yo mismo la barrera y la volviera a cerrar luego de pasar.

Me pareció muy descomedido de su parte, ya que no aparentaba tener otra tarea mas que la de abrir y cerrar la barrera.

A los pocos metros encontramos lo que creo sería la explicación de aquel acontecimiento; dos muchachos caminaban delante nuestro por la polvorienta calle de aquel adormilado pueblo. Veo con sorpresa que pese a estar de "civil" portan dos armas largas muy modernas.

Cuando los sobrepasamos, veo con el rabillo del ojo que sus caras estaban cubiertas con pañuelos negros y rojos.

En una fracción de segundo pasaron por mi mente todas las noticias que había leído sobre el accionar de "Sendero Luminoso", su indumentaria, su costumbre de "apropiarse" de pueblos alejados y en la montaña (como este que estábamos cruzando), su predilección por el secuestro de turistas para pedir rescate o ajusticiarlos en nombre de no se qué principios, la extraña actitud del solitario "milico" que no había dado un paso fuera del umbral de su puesto (como respetando un pacto secreto de no inmiscuirse a cambio de clemencia)...

No sé, con todo eso en mente solo miré para adelante y oprimí levemente el acelerador como para salir cuanto antes de allí, pero sin llamar la atención.

Observé por el espejo retrovisor como los dos encapuchados se salian de la calle y se internaban en la montaña.

Pfff... Por fin nuevamente en carretera.

Los profusos y profundos baches dejados por las lluvias no nos permitían avanzar a más de 20 o 30 Km/h.

A esa velocidad demoramos casi 12 horas en divisar el ingreso a Juliaca,

¡ SI !, Juliaca.

Habíamos acertado en la elección del camino.

Además habíamos roto un acertijo ¿Existía o no existía la carretera Arequipa - Juliaca?

Allí, en Juliaca, el camino se bifurca. A la izquierda a unos 320 Km; Cusco, por carretera de grava anegada (aprendimos que marzo está dentro de la temporada de lluvias y se dificulta mucho el tránsito por esos caminos). Como recorrerlo nos insumiría más de un día de ida y otros tantos de regreso (desde el tren habíamos visto los colectivos empantanados) y como además ya lo conocíamos y nos quedaban muchos kilómetros de ese tipo de carretera hacia Argentina, cruzando la altiplanicie boliviana, decidimos no tomar por allí.

Aclaración: Actualmente la carretera Juliaca-Cusco se encuentra asfaltada, transitable todo el año y el tramo se puede recorrer en poco mas de tres horas.

A la derecha de aquella bifurcación estaba Puno.

Eran casi las 9 de la noche cuando decidimos girar hacia la derecha.
A eso de las 10 ya habíamos llegado, conseguido hotel ( -Con agua caliente. -Nos aseguró el encargado) y andábamos buscando un lugar donde saciar el apetito de un día completo de conducción por "rústicos caminos".


Al otro día en Puno visitamos dos apasionantes y enigmáticos lugares, de los que aquí les mostramos fotos:



El tiempo se nos estaba acabando, se puso el sol de aquel 25 de marzo de 1.989 y nos hallábamos solos, en un pueblo peruano a las orillas del lago Titicaca, a casi 4.000 kilómetros de casa, nos quedaban pocos días de vacaciones, muchas cosas por conocer y mucho camino por recorrer.


Luego de los Uros y Sillustani, continúa en Etapa 9

 


LAS ETAPAS

 1 ARG. De Buenos Aires a la Costa de Pacífico en Chile  
 2 CHILE: Reñaca, La Serena, Caldera, Puesto Fragüita  
 3 CHILE: De Puesto Fragüita (Tocopilla) a Iquique .   
 4 CHILE: De Iquique a Arica (Frontera con Perú)        
 5 PERÚ: De Arica a Tacna (frontera), Mollendo y Arequipa    
 6 PERÚ: De Arequipa a Cusco y Valle Sagrado    
 7 PERÚ: MACHU PICCHU     
 8 PERÚ: Cusco, Arequipa, Juliaca y Puno       - ES ESTA ETAPA -
 9 BOLIVIA: Copacabana, La Paz, Oruro, Potosí, Villazón, Buenos Aires.   


   Cómo comenzó este viaje de aventura

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