Para
enterrar las minas se utilizan unos sistemas
mecánicos llamados siembraminas, que pueden
distribuir miles de minas antipersonales,
antitanque o de ambos tipos en poco tiempo,
creando "campos de minas instantáneos".
Tienen capacidad para colocar más de 2.000
minas en una hora y media.
Los siembreminas tienen un mecanismo para
diseñar el tipo de distribución de las
minas, en forma de flor por ejemplo; otro
para trazar surcos donde insertarlas posteriormente,
preparando el terreno; un sistema para
depositarlas en el surco creado; otro
que retira los seguros y activa las minas
y el último sistema que sirve para cubrir
y disimular el surco.
La utilización de dispositivos para diseminar
minas a distancia está permitiendo una
mayor gama de utilidades de las mismas.
Su uso ya no es sólo defensivo sino también
ofensivo, ya que se utiliza para evitar
la retirada del enemigo, sembrando minas
en su retaguardia. Uno de los principales
problemas que plantean los campos de minas
es la inexistencia de mapas y planos que
permitan retirarlas una vez finalizados
los conflictos.
De acuerdo con el Protocolo de la CAC
y el STANAG, la señalización de los campos
de minas debe ser visible y mantenerse
mientras no se haya limpiado el campo.
Esto implica que las señales deben colocarse
de tal manera que los signos permanezcan,
no puedan ser dañados y ni retirados.
.
|