Las
garantías que brinde la comunidad internacional
son el pilar fundamental para terminar
con el flagelo que significan las minas.
Una adecuada atención y respaldo de las
víctimas se vuelve indispensable al igual
que la destrucción de los explosivos almacenados.
Proteger
a la población civil de los peligros
que conllevan las minas, multiplicar y
centrar esfuerzos en la realización de
los programas de supervisión y demarcación
de campos de explosivos y proceder a su
desentierro, particularmente en las zonas
adonde probablemente regresen los refugiados
o los pobladores desplazados es una de
las claves esenciales para comenzar a
desterrar las nefastas consecuencias de
las minas terrestres..
Mejorar el tratamiento médico
para garantizar a las víctimas de minas
el más eficaz proceso de recuperación
y prácticas quirúrgicas es otro de los
fundamentos indiscutibles.
Para mejorar los servicios de
rehabilitación física y responder
con un efectivosuministro de miembros
artificiales, prótesis y muletas, los
Estados involucrados deberían comprometerse
a renovar y volver a equipar los centros
de prótesis en su territorio.
Atender a las necesidades sociales
a largo plazo de las víctimas de minas
y promover la reinserción social de los
sobrevivientes, especialmente los amputados,
es una de las actividades que las autoridades
y las organizaciones competentes deberían
procurar al atender a sus necesidades
psicosociales.
Reducir el flagelo de las minas para
la agricultura y la recuperación económica
para hacer frente al impacto que tienen
para la producción agrícola y la economía
rural. Los Ministerios involucrados deberían
realizar las pertinentes investigaciones
y orientar mejor, sobre la base de sus
conclusiones, la prioridad de las tierras
que han de ser desminadas. A fin de velar
por una eficaz y segura recuperación económica,
sería preciso incluir para todos los programas
de reconstrucción, una partida financiera
relativa al desminado, cuando sea necesario.
Mejorar el ritmo del desminado
para asegurar una remoción eficaz a largo
plazo, los donantes internacionales deberían
comprometerse a financiar la realización
de programas hasta su finalización. A
fin de garantizar la eficacia de la remoción
de minas por las fuerzas armadas de las
entidades, se debería insistir en que
siempre se recurra a las técnicas de desminado
humanitario y se impongan sanciones cuando
sea necesario. Para mejorar la coordinación
de las actividades de desminado, los Gobiernos
y las organizaciones correspondientes
deberían concertar gestiones para proporcionar
los recursos y el apoyo político necesarios
para llevar a delante esta misión.
Reforzar la sensibilización en
cuanto al problema de las minas es una
de las claves para mejorar la coordinación
entre las organizaciones que toman parte
en estas actividades. Es fundamental que
todas los involucrados lleguen a un acuerdo
para que los mensajes que han de difundirse
y las respectivas demarcaciones de responsabilidad
sean coherentes. Los Ministerios de Educación
de los dos territorios deberían encargarse
de la coordinación de los programas, velando
por evitar toda duplicación de tareas
en el marco del sistema escolar.
Para garantizar la prohibición del
empleo de las minas antipersonal los
Gobiernos deberían concertar un acuerdo
obligatorio para destruir todas las reservas
de minas que actualmente poseen los ejércitos.
Fuente: Comité Internacional
de la Cruz Roja
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